El dolor de espalda, este «dolor del siglo», afecta a millones de personas cada año. Ante esto, los soportes lumbares se han convertido en aliados imprescindibles.
Problema: cuando buscas «soporte lumbar» en internet, rápidamente te encuentras con una avalancha de modelos, promesas y jerga médica. Entonces, ¿cómo te orientas?
Hemos creado este artículo para guiarte paso a paso. Tanto si sufres de lumbalgias ocasionales, estás volviendo a hacer deporte o buscas apoyo para tu trabajo, te ayudamos a elegir el soporte lumbar que realmente se adapte a tus necesidades.
Soporte Lumbar: para qué sirve
Un soporte lumbar no es solo un accesorio. Su función es doble: estabilizar la zona lumbar y reducir el dolor aliviando la tensión muscular. Ejerce una compresión suave que limita los movimientos dolorosos al tiempo que tranquiliza al usuario.
Los soportes lumbares son especialmente útiles en varios casos:
— En el caso de la lumbalgia aguda (el conocido «lumbago»)
— Postoperatorio para apoyar la curación
— Durante la reanudación de la actividad física después de una lesión
— Para personas que transportan cargas de forma habitual (trabajos de manipulación, viajes largos en coche, etc.)
Pero cuidado: no todos los soportes lumbares son iguales. Y no todos son adecuados para todas las situaciones.
Los diferentes tipos de soportes lumbares
Hay tres categorías principales de fajas, cada una de las cuales satisface necesidades específicas. A continuación, te explicamos cómo distinguirlos.
Los soportes lumbares ligeros son ideales para la prevención, en el uso diario o prolongado. Suaves, discretos debajo de la ropa, ofrecen un soporte moderado, suficiente para aliviar la tensión después de un día de estar sentado o de pie. | Los soportes lumbares reforzados son más rígidos y ofrecen una mayor capacidad con refuerzos traseros. Perfecto para acompañar un esfuerzo físico intenso (por ejemplo, para los preparadores de pedidos), o apoyar la espalda en la fase de curación después de un traumatismo. | Los soportes médicos son los más específicos. Generalmente recetados después de la cirugía, a menudo son muy rígidos y/o ajustables, y deben usarse de acuerdo con un protocolo estricto. |
Indicaciones: prevención, postura, dolor leve a moderado. | Indicaciones: dolor más acentuado, reanudación de la actividad, cargas pesadas. | Indicaciones: postoperatorio, hernia discal operada, patologías graves. |
Duración de uso recomendada: hasta varias horas al día. | Duración de uso recomendada: de 2 a 4 horas según la actividad. | Duración de uso recomendada: definida por el profesional de la salud. |
Ejemplo de soporte: DonJoy Porostrap 2.0. | Ejemplo de soporte: DonJoy Lumboforce 5 | Ejemplo de soporte: DonJoy Abdostrap 2.0. |

Cómo elegir correctamente un soporte lumbar
El modelo adecuado depende de diferentes criterios. Aquí nos centraremos en: el tipo de dolor, el uso previsto y su morfología.
Tipo de dolor
— Dolor agudo (lumbago reciente): elige un modelo con soporte reforzado para aliviar rápidamente.
— Dolor crónico (dolores recurrentes, artrosis): un soporte moderado, cómodo, para llevar durante más tiempo.
Uso
— Actividad diaria o de oficina: un soporte lumbar ligero, transpirable y fácil de poner.
— Trabajo físico o deporte: escoge hacia un soporte lumbar reforzado, con cinchas ajustables.
Su morfología
— Para las personas de gran estatura, algunas fajas ofrecen alturas específicas. Ejemplo de soporte lumbar: Immostrap 2.0.
— Para las mujeres embarazadas, existen modelos adaptados al embarazo. Ejemplo de soporte lumbar : Mybabystrap.
— Para las tallas especiales, verifica bien las medidas (suelen ir de S a XXXL) y escoge los modelos ajustables. Ejemplo de soporte lumbar: Duostrap.
¿Tiene dudas? Encuentra nuestra gama completa de soportes lumbares aquí.
¿Tienes que usar el soporte todo el tiempo?
No, y es importante enfatizar esto. Un soporte lumbar nunca debe convertirse en accesorio permanente. Está destinado a acompañar un movimiento, apoyar una recuperación o aliviar temporalmente, pero no sustituye la actividad física.
El objetivo a largo plazo siempre es fortalecer los músculos del tronco, recuperar la movilidad y no depender de un dispositivo pasivo.
Cómo usar y mantener el soporte correctamente
Algunas reglas simples garantizan un uso óptimo:
— Utiliza el soporte lumbar por un período limitado, según la actividad o el dolor, nunca 24 horas al día.
— Puedes llevarlo bajo la ropa, siempre que lo ajustes adecuadamente para evitar rozaduras.
— Lávalo a mano o en lavadora según las indicaciones (generalmente a 30°), y déjalo secar al aire libre.
— Un soporte lumbar bien mantenido tiene una vida útil promedio de 6 a 12 meses, dependiendo de la intensidad de uso.
En resumen
Elegir un soporte lumbar no es (solo) comprar una faja. Es comprender su necesidad, escuchar a tu cuerpo y seleccionar una herramienta adecuada a tu situación. Con el modelo correcto, bien utilizado, ganarás en comodidad, en autonomía y, sobre todo, recuperarás la confianza en tu espalda.
Y para potenciar sus efectos, no olvides que el movimiento también es un aliado valioso.
¿No sabes por dónde empezar?
Ofrecemos una amplia gama de soportes lumbares adecuados para todos los perfiles, desde soporte ligero hasta protección médica reforzada.
Descubre nuestra gama completa aquí.